Me pregunto qué habrá hecho al final Susannah, en qué habrán quedado sus aventuras y desventuras. Ella fue la primera. Esa sensación de impotencia espacial que debe de sentir un psiquiatra fracasado, sólo que en este caso es exactamente al revés. Vacío (que no es mi palabra preferida) o ausencia o falta de palabras o todo eso junto, como quien no quiere decir lo que sabe que no debe pensar.
Y a sabiendas de que ya nada será igual aunque nada haya cambiado, me quedo con la idea que no todo estaba ganado entonces ni todo está perdido ahora.