Cosas que no estaría bueno olvidarse IV

Te pido disculpas por todo. Te dije que vos no tenías la culpa de nada, que no habías hecho nada mal. Lo cierto es que lo dije para convencerte a vos tanto como a mí. Yo sé que no puedo recriminarte nada, que no hiciste nada mal, pero de ahí a sentirlo así hay un camino largo. Vos quedate con la idea que es culpa mía, que si las cosas se fueron al carajo es porque soy un pendejo de mierda caprichoso que no sé aceptar que las cosas pueden no salir como yo quiero. Sé que a vos también te hubiera gustado que la situación se diera de otra forma, y de vuelta me echo la culpa a mí mismo por no saber asumir las cosas como son. Lo lamento.