No te vayas sin antes cerrar algunas puertas. Así es. De eso se trata. Porque a veces, y sólo a veces, no se puede avanzar sin escupir lo que va quedando atrás. Y a veces los a veces se convierten en siempres. Porque al final somos eso que se mueve y avanza y retrocede, y la mejor forma de no retroceder es cerrar con llave.
Preparate: que hay otra pendiente adelante.
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