Monday, May 26, 2014

No te vayas sin antes cerrar algunas puertas. Así es. De eso se trata. Porque a veces, y sólo a veces, no se puede avanzar sin escupir lo que va quedando atrás. Y a veces los a veces se convierten en siempres. Porque al final somos eso que se mueve y avanza y retrocede, y la mejor forma de no retroceder es cerrar con llave.
Preparate: que hay otra pendiente adelante.

Saturday, May 3, 2014

Cosas extraordinarias (un poquito actualizado)

Una actualización de esta lista, que me veo obligado a hacer por miedo a olvidar todo esto. Perder las fotos de ese último viaje me duele en todo el cuerpo.

- Cené con cerveza negra artesanal en un diminuto pueblo de las montañas checas, a unos 20 kilómetros de la autopista.
- Bebí mil litros de cerveza frente a la embajada argentina de Viena con una amiga alemana.
- Deambulé por horas, de noche, completamente perdido, bajo la lluvia y con una mochila de veintipico de kilos por las viejas calles de Bratislava.
- Vi una luna roja enorme sobrevolar el Danubio en Hungría.
- Crucé a Serbia en un tren nocturno muy creepy.
- Fui a una fiesta en la terraza de un edificio yugoslavo algunas horas antes de terminar en un bar al fondo de un pasillo al fondo de un patio en un callejón cerca de la Plaza de la República, en Belgrado.
- Crucé en bicicleta el Danubio hasta Zemun.
- Llegué a Bosnia con una resaca atroz.
- Nadé en las cataratas de Kravice y trepé entre sus heladas cuevas.
- Merendé en un pueblo medieval arrasado por la guerra, antes de correr por la abandonada pista de un aeropuerto bosnio.
- Participé de la fiesta anual del chocolate en Mostar.
- Lloré en Vrelo Bune.
- Recorrí un banco destruido que fue punto de francotiradores durante la guerra.
- Tuve una cita en Dubrovnik.
- Fui una fiesta de sangría en Montenegro.
- Me perdí en Kosovo.
- Escalé una montaña en Albania. Bueno, casi.
- Hice dedo a Macedonia con un italiano.
- En Macedonia haciendo dedo terminé en un BMW con asientos de cuero, patente italiana y una pareja albanesa al volante.
- Vi seis atardeceres desde seis lugares distintos en Estambúl. Incluyendo uno en un barco. Las fotos que más me duele haber perdido.

Ver Gizah, tomar vodka en la Plaza Roja, deambular por el museo del Cairo, cruzar el sur estadounidense escuchando Creedence. Y ahora, como en el horizonte, asoma la extraordinaria posibilidad de cumplir un sueño que tengo desde muy chico: Petra. Quién te dice. Quizás, quizás, quizás.