"esperamos contar con su grata presencia"
y su presencia en la sala fue contada dos veces
una por haber ido. otra por llegar
y se tachó su nombre en la lista, en las dos listas
la serie irregular de saberes entremezclados
fueron razón más que suficiente
como para bendecir la regularidad del habitáculo.
la distinción no alcanzó para rememorar lo que pudieron haber visto,
pudieron haber sabido: una lista irresoluta de saberes entremezclados
uno sobre otro hasta el infinito.
un vino en la cena y cuchillos (como balas) de plata
para olvidar cualquier licantrofobia que supiera intrometerse
y tenedores y cucharas de cruces y ajos, completa el juego
una ventana de aire, cotillón sin salidas
una emergencia prevista y preparada
sólo para cumplir con la rutina
las patas amplias que se retraen (parte del juego)
las paredes extensibles que se desdibujan
una silla que se derrumba bajo el peso infinito de una INidea
un rumor que se agita: las balas no detendrán al monstruo que se asoma
del otro lado de la ventana.
un rojo que destiñe (ya no encuentran la salida) el vino de la mesa y los cuchillos
como balas de plata
y las cruces que rebotan entre cristales, el ajo en los platos de oro
el juego se da vuelta
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